viernes, 14 de octubre de 2016

Lynda Checa

Historia de dos ciudades
La historia transcurre entre dos ciudades, Londres y París, durante la época de la Revolución Francesa.
La historia se centra en Alexander Manette, quien ha estado encarcelado durante años en La Bastilla, sin haber cometido delito alguno, era doctor de profesión, pero durante sus años en prisión fue zapatero. Lucy, su hija, quien desconoce la situación, al enterarse de su liberación se hace cargo de él y ambos comienzan una nueva etapa en Londres, desarrollando un vínculo inquebrantable de amor mutuo.
Ambos conocen en un juicio a Charles Darnay, un francés que emigra a Inglaterra, de origen noble y que está acusado de traición, pero que gracias a la intervención ingeniosa de Sidney Carton, logra salir indemne del juicio en su contra.
Sidney, es uno de esos personajes que tienen una metamorfosis muy notaria en el libro, pues es alguien despreocupado, sin metas ni aspiraciones, que vive su vida a la ligera sin mayor trascendencia en los que lo rodean. Sin embargo, muestra un amor puro y verdadero por Lucy, quien no le corresponde pues se casa con Charles y forma una familia con él. A pesar de esto Sidney la apoya en todo momento y hacia el final de la historia realiza un sacrificio loable y único, que te deja sin palabras.
La historia tiene giros trascendentales, todo se conecta en un punto dado y ese es el quid de la cuestión, los pasados de los personajes se funden, cuando el presente es trágico, logrando una montaña rusa de emociones en el lector.

Y el final es simplemente inesperado, Dickens logra envolverte con su narrativa y con su relato de una manera única y especial.


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